¿Qué es el Síndrome del Padre Desplazado?

Escrito por Anna Company

Síndrome del Padre Desplazado con un bebé de Alta Demanda

El síndrome del padre desplazado, afecta no solamente a familias con niños de Alta Demanda, sino también a familias con niños que no son de Alta Demanda.

Se da con el nacimiento del primer hijo, cuando realmente aparecen los grandes cambios en la vida de pareja y en la vida de cada individuo. A veces la llegada del bebé puede convertirse en un gran reto para la pareja y revolucionar toda la estructura que tenían planificada inicialmente en sus ideas.

Si sumamos a todo esto que nuestro bebé tiene un temperamento intenso, demandante y absorbente,  que curiosea enérgicamente y es inagotable que además necesita estar en contacto con la mamá constantemente, apegado como si fuera una extensión de ella misma y siempre al pecho succionando a demanda en caso que sea lactante y que además duerme muy poco…

Nos encontramos con una desestructuración de nuestras rutinas, horarios y costumbres que provocan que psicológicamente, emocionalmente y físicamente nos sintamos desbordados.

Muchas mamás en este momento, después de unas semanas de agotamiento padecen el llamado síndrome de Burnout maternal y es necesario tener un apoyo o una orientación emocional para poder trabajar en este sentido y coger fuerzas.

Por otro lado, hay una parte muy importante, que parece estar olvidada… Algo que siempre consideramos con fortaleza, con serenidad, con valentía.

Y tiene sus emociones! Y tiene también sus necesidades de afecto, de validación, de valoración.

Y a veces, con el nacimiento de un bebé de Alta Demanda, las mamás, atareadas, agotadas, se olvidan de dar atención a ciertas cosas que también son imprescindibles.

El papá

El papá está ahí.

¿Cómo se siente el papá?

El papá antes tenía una pareja a quien podía besar, abrazar, con quien dormía por las noches en la misma cama, con quien hablaba y compartía, con quien reía, su cómplice.

Su mujer… Con quien a veces salía a cenar y a la que veía arreglada (recién duchada, peinada, vestida…)

Su mujer, con quien de vez en cuando tenía relaciones íntimas y se seducía. Su mujer a quien le explicaba las complicaciones del día, los sueños, las fantasías.

Y ahora? Ahora… Mira y la ve de lejos, en pijama, arrastrándose agotada y despeinada, con su bebé colgando del pecho, se ha quedado delgada y se balancea de arriba a abajo cantando y susurrando palabras que ni tan solo ella reconoce.

Culpa

Y a veces le mira… Como culpando por no hacer nada.

Como culpándole porque cuando coje al bebé llora, porque cuando duerme al bebe llora, porque cuando baña al bebé llora, porque cuando pasea al bebé llora…

Culpándole porque el bebé no lo acepta, lo desplaza…

¿Es culpa del papá? ¿Es culpa del bebe? ¿Es culpa de la mamá?

No importa.

¿Qué hay que hacer?

Reforzar la pareja. Comunicarse, amarse. Esto es temporal. Este apego madre-hijo tan exclusivo es temporal, el padre debe estar ahí.

El padre debe estar al lado. Siempre.

Y aparticipar con la mamá, con otro tipo de cosas temporalmente… Cosas que mantengan el bienestar familiar común, la armonía común. aunque no aporten directamente acciones hacia el bebé pero sí hacia la familia, hacia la pareja. 

Otros sentimientos

Por otro lado esta situación del papa desplazado no termina aquí porque hay otros sentimientos que puede tener el papá en esta etapa:

Por ejemplo, cuando la mamá no trabaja y el papá si, éste puede sentir el “Síndrome del Proveedor”.

Este síndrome se refiere a cuando el papá siente ansiedad, estrés o cierta presión por la responsabilidad que existe sobre la cual él debe aportar toda la parte económica para sustentar a la familia, que ahora ya no son solamente 2 personas, sino 3. Un bebé. Su mujer no trabaja y con su sueldo debe poder garantizar el bienestar económico familiar. Esta responsabilidad puede presionar a muchos papás.

Otro sentimiento es el de baby blues (melancolía tras el nacimiento del niño), que se refiere a cuando el papá que “muchas veces” está acostumbrado a tener “el control” de la pareja siente que ahora, con la llegada del bebé, esto cambia, ya que el “control” pasa a ser de la mamá y del bebé, es decir, el papá queda como en segundo lugar, porque las figuras importantes son la mamá y el bebé y ya no se le tiene tan en cuenta. El papá siente una especie de recelo ante esta situación inconscientemente y  se siente confundido con su nuevo rol.

Hay que tener en cuenta que todo esto puede desencadenar una posible depresión postparto paternal. 

Cierto! Existe la Depresión Post Parto Paternal y puede afectar a más del 25% de los padres en general (no solo de Alta Demanda).

Los síntomas de la DDPP son los siguientes

  • Tristeza (este sentimiento es el más característico y, sin embargo, el que más tratan de reprimir los padres)
  • Irritación y enfado de manera habitual
  • Impulsividad, impaciencia
  • Imposibilidad de sentir bienestar y placer en  alguna cosa o satisfacción
  • Agobio, estrés, ansiedad, confusión, inseguridad
  • Sentirse desplazado (ya que habitualmente todos los cuidados y la atención se dirigen hacia el bebé y la madre)

Nota importante:

Detectar la depresión postparto precoz tanto del Padre como de la Madre es importante para que no repercuta en el desarrollo emocional ni psicológico del hijo.

Si necesitas orientación de dónde acudir para realizar una valoración de tu estado emocional podemos orientarte, contacta a este correo

 

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