Mi hijo de alta demanda no me escucha
¿Hablas con tu hijo y parece que no escucha?
¿Te sientes impotente porque es como hablar con una pared? ¿Te pasa que a veces le dices algo a tu hijo y él se queda tan tranquilo siguiendo su actividad como si tu no existieras?
A veces los niños AD están tan inmersos en su actividad o concentrados en lo que están haciendo que parecen incapaces de “escuchar” lo que les decimos.
Los niños AD tienen una atención elevada en lo que están haciendo, se someten a su hipersensibilidad y sus emociones al 100% y sienten todo lo que hacen de forma muy intensa por lo que es normal que muchas veces se encuentren sumergidos en “su mundo” cuando están haciendo alguna actividad, sea la que sea, que les produzca placer.
Técnicas
Para obtener la atención de tu hijo y hacer que te escuche cuando le hablas existen algunas técnicas:
1. Escucha Activa:
Es muy importante que nos acostumbremos a escucharles cuando tienen algo que decirnos, siempre que hablen, escucharles y hacerlo de forma empática, conectando con lo que dicen, dándole la importancia que para ellos tiene. Esto es crucial para ganarnos la confianza y complicidad de nuestro hijo, sin esto no hay respeto mutuo, ¿Cómo esperamos que nos escuche si nosotros no escuchamos lo que nos tiene que decir? Dale su tiempo, él también tiene una historia que contar. Y somos su ejemplo para que aprendan lo que deben hacer con los demás.
2. Objetivos Razonables:
Objetivos que puedan cumplir solos o que puedan cumplir con nuestra colaboración, nosotros somos su mejor ejemplo debemos formar parte de ello, por ejemplo, si le decimos que recoja los juguetes, una buena forma de hacerlo es recoger los juguetes conjuntamente con él hasta que el niño se haga autónomo para hacerlo solo (dicen los expertos que los hábitos no se crean hasta los 4 años) por lo que hasta esa edad es bueno “Jugar” a recoger los juguetes pero no esperemos a que el niño recoja los juguetes sólo porque es un hábito que no va a poder adquirir de forma autónoma.
3. Háblale directamente:
Para conseguir la atención del niño tenemos que ir donde está el niño agacharnos hasta su altura, mírale a los ojos y hacer que él nos mire y entonces, y solo entonces, hablarle. No podemos hablarle desde otra habitación y esperar que cumpla una orden mientras le gritamos “vete a la ducha ya” porque no nos estará escuchado, estará inmerso en su actividad. Solo cuando logramos CONECTAR con el niño podemos darle las pautas a seguir o las tareas a realizar y cuanta más empatía utilicemos en ello más atención vamos a lograr del niño. “ejemplo: Sé que estás viendo tu película preferida pero ahora es hora de hacer un baño y luego podrás seguir viendo la película”
4. No grites:
Si gritas a tu hijo cuando le hablas le bloqueas, los gritos constantes bloquean a los niños, el objetivo que tienes es que te haga caso por lo que tienes que hablarle con un tono de voy sereno para no paralizarle y para que él te entienda, recuerda que los niños AS don hipersensibles al ruido y se estimulan muy rápido. Si quieres que te escuche tienes que hablarle de forma suave, firme y tranquila, con mensajes concretos y claros.
6. Solo una tarea:
Como hemos dicho los mensajes deben ser claros y concisos, cortos, una cosa a la vez, si le dices varias cosas a la vez lo atosigas y esto no encaja con el niño AD, de nuevo se pondrá a la defensiva, se protegerá y se encerrará en sí mismo haciendo ver que no te escucha. Es mejor que primero le des una tarea y esperes a que la haga para darle la siguiente, con paciencia.
7. Sentido del humor:
Si tu hijo no te escucha recurre a las bromas, es difícil cuando estas estresado o tienes prisa, pero no es imposible y el sentido del humor hace milagros en los niños y capta su atención. Si lo pruebas lo verás. Por ejemplo “Mira Juan hay una vaca volando por la ventana… y dice que tienes que irte a la bañera ahora”
8. Cariño y firmeza:
Si como padres estamos siempre hablando de forma negativa, recurriendo al NO (Juan no hagas esto o lo otro) o gritando o estresados o de mal humor, los niños se ponen a la defensiva y negativos igual que nosotros, es un efecto contagioso. Si por el contrario les hablamos con cariño y amabilidad, aunque con firmeza, con una sonrisa y buen humor, con abrazos, cosquillas y besos, con broma y juegos ellos están predispuestos a lo positivo, a la colaboración, a la conexión.
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