­Escrito por Erika Robles

Desde el dia del parto mi hijo se ocupó de mostrarme que es especial.

Tenia 43 semanas y todavía continuava apegado a mi…

Cuando mi cuerpo se puso de parto, que duró 22 horas aquel día 13 de abril de 2014, mi hijo, de alguna forma consiguió agarrarse bien en mi vientre y decidió por sí mismo, no salir…

Asi que el ginecólogo me practicó una cesárea y alli encima lo tuve solo durante un instante…. Helado….

Lo separaron de mi a los segundos y lo incubaron.

Des de entonces mi hijo siempre acostado en mi pecho, creando vínculo porque así era la única forma en que se calmaba un poco.

A medida que pasaban los meses me daba cuenta de su sensibilidad excesiva de cómo percibía cada ruido, cada olor, cada etiqueta de la ropa que le molestaba… cualquier cosa le despertaba de su siesta o en la noche, lo tecuerdo como una etapa díficil y agotadora. 

Mas tarde además se unió a esto su temperamento intenso que le hacía reaccionar con estallidos emocionales, berrinches en cada pequeña frustración que para él se convertía en un suplicio. 

Y su testarudez y exigencia que no me permitían hacer mas que negociar y negociar y tener mucha, mucha paciencia…

Asi fue creciendo, muchas veces precoz en las acciones que aprendia como a caminar, hablar… tenía además una memoria fotográfica y una curiosidad que me fascinaba y todo esto unido, me hacían identificar a mi pequeño como un ser completamente extraordinario y especial.

Y aunque a veces su crianza pudiera ser mas complicada me sentía una madre plenamente orgullosa.

Anónimo

Una niña preciosa llegaba a este mundo y lo primero que hacía era abrir unos ojos enormes y mirar a todo su alrededor como si fuera capaz de ver todo lo que le rodeaba. Su infinita curiosidad  nació con ella.

Antes del nacimiento y durante los primeros meses yo mismo ni siquiera sabía que era la alta demanda. Para mí fue muy difícil el cambio de vida y llegar a lo que reclama un recién nacido.

Las noches no ayudaban a este cambio de vida con numerosos despertares que hacían imposible descansar. Según iba pasando el tiempo comencé a atisbar ciertas señales que me hacían ver que aquella preciosidad era más movida de lo normal.

Por ejemplo, mientras hijos de mis amigos continuaban en sus cambiadores, nosotros tuvimos que abandonarlo porque soltar a la niña para coger el pañal era una ruleta rusa entre la caída al suelo o no.

El momento en que empecé a ser consciente de que mi hija podía ser de alta demanda fue a partir de los 4 meses, cuando cogí mi baja de paternidad y me hacía cargo yo solo durante el día de ella.

Comentaba con mi familia y amigos que no paraba quieta un segundo, que no dormía, etc. y me decían:

“¿Qué quieres? es como su padre”.

Sí, desde que tengo memoria soy consciente de haber sido una guindilla, un no parar, no quería estar nunca en casa, me despertaba a las 6-7 de la mañana, era incapaz de echar siestas, siempre tenía que estar haciendo algo...

Un día que hablaba con mi madre y le contaba los comportamientos de la peque me dijo: “ahora vas a saber lo que he pasado yo contigo”.

Y, sí mamá, lo estoy sabiendo.

La niña se despertaba sobre las 6:30 de la mañana cuando mi mujer se levantaba para ir a trabajar. Desde ese momento era una odisea que volviera a dormirse, el salón de mi casa parecía una pista de Kars en la cual rodaba durante 20-30 minutos con la luz apagada y ruidos blancos hasta que conseguía que se durmiera.

Muchas veces me costaba más tiempo que se durmiera de lo que después aguantaba dormida. Una vez daban las 8:30 de la mañana ya salía con ella en el carro. No bajaba de los 10 kilómetros diarios de paseo intentando dormirla. Cuando lo conseguía y me iba a mi ratito del café, cualquier mínimo ruido la hacía despertar y volver a estar atenta a todo. Y claro, ¿cómo iba a estar yo sentado y ella en el carro?, eso no puede ser. Había que sacarla para controlar todo. Realmente era desesperante el no tener ni media hora seguida para tomarme un café o comer hasta las 16:30 que llegaba mi mujer.

Además, continuamente demandaba estar conmigo, siempre en brazos y mirando hacia delante. ¡Acababa destrozado de la espalda!

Mi familia no me entendía y no veía lo mismo que yo, lo que me hacía dudar sobre si sería real lo que veía o era cosa de mi falta de paciencia.

Pero ellos no estaban 10 horas con la criatura y mi instinto me seguía diciendo que la niña era más movida de lo normal.

Empecé a investigar en la red y llegué al libro de Úrsula Perona “Hijos de alta demanda”. Fue mi salvación, a mí me hizo entender más a mi hija y a los de mi alrededor les hizo ser conscientes de que no estaba tan equivocado y a aprender a entenderla también.

Hoy por hoy nuestro día a día es un no parar. Tiene 1 año y medio, ha empezado a hablar y lo que más repite y con insistencia es “parque”.

Pero es lo que necesita, necesita actividad, necesita movimiento, necesita esas sensaciones que le aportan la velocidad de los balancines y toboganes, pero creo que sobre todo lo que le encanta es observar a los niños de alrededor y ver cómo interactúan.

Ella es feliz ahí y creo que en eso consiste, ¿no?.

Son niños y tienen que disfrutar y ser felices, y nuestra función como padres es descubrir qué es aquello que les hace felices, buscarlo y adaptarnos a ello.

Nuestros hijos son maravillosos, el no querer comer, el que cada cambio de pañal te lleve 15 minutos porque tienes que recorrer toda la casa detrás de una canija desnuda riendo, sus despertares nocturnos, etc. son parte de la crianza y de su identidad.

No quieren “hacernos rabiar”, solo quieren jugar y ser felices.

He hablado con muchos padres y madres con hijos de alta demanda y dicen que esta intensidad no cambia, por lo tanto, a los que nos toca cambiar y adaptarnos es a nosotros.

Por nuestro bien y el de los que más queremos.

Escrito por Jessica  Rubio Realí

Como papás de un niño AD y NAS constantemente nos enfrentamos a la pregunta, pero ¿qué es eso?
Siempre respondemos describiendo algunas de las características de un niño AD y NAS, aun así, la mayoría nos dice que eso no existe, que entrando a la escuela o cuando crezca se le quita, y algunos otros nos dicen “y en español qué es eso”.
Así que esta es nuestra explicación en “español”:

Tener un hijo AD y NAS es:

• escuchar a tus amigos (con hijos) recomendarte mil series y saber que si corres con suerte tardarás una semana para terminar el primer capítulo.
• Verlos llevar a sus hijos al parque o a comer a algún restaurante y saber que también puedes llevarlo al parque siempre y cuando este solo o con poca gente, que, si puedes ir a un restaurante, pero por comida para llevar o comer ahí siempre y cuando este casi vacío, sin música y en la mesa más retirada de las demás.
• Ver que se van de vacaciones al lugar de su elección mientras tú necesitas hacer una investigación exhaustiva de los lugares a los que quieres ir para asegurarte que tu hijo no pasara un mal rato.
• Escuchar a tus amigos desvelarse viendo películas mientras sus hijos duermen y saber que tienes que permanecer con tu hijo en la cama porque si te levantas se despierta, pero además cuando logra dormirse, estas tan agotado que lo único que quieres es hacer lo mismo.
• Escuchar cómo se divirtieron en aquella reunión y saber que preferiste no in porque eran demasiados estímulos para tu hijo y la iba a pasar muy mal.
• Ver que de vez en cuando dejan a sus hijos con familiares para pasar un rato en pareja y saber que tú no puedes porque tu hijo no se queda con nadie.
• Ver a los hijos de tus amigos estrenar ropa y zapatos lindos, mientras tú ruegas encarecidamente a tus familiares y amigos que no le regalen ropa ni zapatos porque no los usará.
• Cuando por fin acepta ir al exterior es ver a otros niños correr por todo el lugar y llevar a tu hijo en brazos porque el piso del lugar es demasiado brilloso y no lo quiere pisar.
• Ver a los demás niños durmiendo a las 8:00 pm de corrido hasta el otro día y saber que a las 3:00 am tu hijo no para de jugar y no muestra señales de sueño.

Y no me mal entiendan, de ninguna manera me estoy quejando, simplemente es la manera que en mi opinión es más fácil para que los demás comprendan qué es AD y NAS, se pongan en nuestro lugar y tal vez así los papás AD y NAS seamos menos juzgados y criticados y nuestros hijos sean más comprendidos y dejen de ser molestados y juzgados porque pretendan que se comporten como los demás niños.

Tal vez ustedes al igual que algunas personas dirán: no podría tener tanta paciencia, que bueno que el mío es “normal” porque seguro me la pasaría gritándole, gracias que el mío no es así, etc, etc.

Y es `por esto que deje lo mejor para el final de mi relato porque ser papás AD y NAS también es:

Ver que tus amigos la mayor parte del tiempo solo son papás de sus hijos mientras tú te conviertes en su mejor amigo, su confidente y todos los días te diviertes como enano porque tu hijo hace que vuelvas a ser niño, entonces sientes al igual que él, las emociones a flor de piel, ríes a lo grande, juegas a la pelota, te llenas de lodo, juegas en el piso, brincas en los charcos, vas a la tienda huyendo de los dinosaurios que los quieren atacar; saltando en un pie, esquivando las líneas de la banqueta porque si las pisas pierdes.

Te conviertes en auto de carreras, patrulla, moto o de repente puedes ser uno de los duendes de Santa y ayudarlo a repartir juguetes, en un velocirraptor siendo atacado por t-rex o montas una pelea colosal donde tú eres un indóminus y tu hijo un t-rex.

Y tu cama se convierte en un mar con tiburones, donde tus manos son las pirañas y de repente son atacadas por un barco que cayó del cielo porque era un barco volador y un sinfín de diversión. Todos los días te reinventas, entonces tu pequeño torbellino de amor se convierte en tu pequeño gran maestro y agradeces a la vida y al Universo por haberte enviado un regalo tan maravilloso.

Cuando me preguntan ¿qué es AD y NAS?

Felizmente respondería que de las cosas más hermosas que han pasado en mi vida, pero con esa respuesta no podría poner mi granito de arena hacia la concientización de estos temas.