¿Quieres conseguir que tu hijo sea más autónomo, más independiente?

Escrito por Anna Company

La autonomía en los niños de alta demanda

Los niños de alta demanda son como dice la palabra, totalmente demandantes en todo y si no enseñamos límites y procesos para fomentar la autonomía, su demanda continua no va a cambiar.

A demás, el desarrollo de la autonomía es primordial para cualquier niño, para los de alta demanda más, ya que deben aprender a realizar las actividades por ellos mismos para poder potenciar su autoestima, autoconocimiento, toma de decisiones e iniciativa, entre otras muchas cosas.

Como padres debemos de dejar de sobreprotegerlos, aunque se equivoquen en algunas cosas y que sean ellos quienes resuelvan sus propios conflictos, siempre y cuando no estén en peligro y supervisados por los adultos.

Tenemos que tener en cuenta que los niños poco autónomos suelen tener problemas con el aprendizaje y con la relación social, por ello es imprescindible trabajar este aspecto desde la infancia.

Fomentar la autonomía desde la infancia hace que los niños se muestren más seguros de sí mismos y de sus capacidades, y la tarea que tenemos como padres no es demasiado complicada para conseguir este objetivo. La única dificultad es que tenemos que ser conscientes de que se van a equivocar algunas veces y debemos dejar que lo hagan y por otra parte, también debemos darles sus tiempos para los sucesos sin tener prisas y esperar una respuesta perfecta al instante, son procesos que se hacen con el tiempo, de este modo la autonomía y seguridad se va desarrollando conjuntamente con la personalidad del niño.

¿Cómo enseñarles autonomía?

Debemos empezar con la siguiente frase “no hagas nada por tu hijo que él pueda hacer por sí mismo” aunque sea un simple hecho de desenvolver un queso “babybel”. Que lo haga él, sin ayuda, ya que esto le hace sentir más autónomo y responsable. Aunque parezcan pequeños detalles del día a día, se va creando independencia y se le acostumbra a hacer las cosas por sí mismo.

En cuanto a los hábitos que ya tienen adquiridos, delegar en ellos su propia responsabilidad, vestirse, cepillarse los dientes, peinarse… Los hábitos que todavía no están aprendidos, se los debemos enseñar a medida que van creciendo y su edad encaja para poderlos aprender.

Por ejemplo: lavarse las manos, cepillo de dientes, ir al lavabo, enjabonarse el pelo, decidir qué ropa ponerse o como quieren decorar su habitación.

Es importante que les hagamos responsables de sí mismos y de sus cosas, esto les empodera inconscientemente y les crea seguridad en sus propias acciones y decisiones, además de mejorar su autoestima como persona al ver que pueden desarrollar capacidades por sí mismos.

Consejos que fomentan la autonomía

Dejar que tome decisiones en cuanto a las cosas, por ejemplo, dar 2 alternativas posibles y que sean ellos quienes escojan una de ellas. Este hecho les refuerza en la toma de decisiones y les crea aceptación de las consecuencias de los actos, por ejemplo: ¿para cenar qué prefieres tortilla con patatas o huevos pasados por agua?

Retarles a hacer cosas incrementando la dificultad una vez ya tienen por la mano lo que están haciendo, por ejemplo, se pone y saca los zapatos, pero no se los sabe abrochar, cuando ya domina el hecho de ponerse y sacarse los zapatos enseñarle también a abrochárselos.

Respetar su privacidad e intimidad, cuando ellos desean estar solos o hacer algo a solas debemos dejar ese tiempo para hacerlo, aunque sea más lento o creamos que no lo va a poder desarrollar a la perfección, el hecho de dejar que lo hagan y de que busquen las alternativas para llevarlo a cabo fomenta su independencia y les hace ser responsables de sus propios actos, también deben tomar la iniciativa de pedir ayuda cuando la necesiten.

Motivar su forma de pensar y dejarles darse respuesta a sí mismo, no resolverlo siempre nosotros facilitándole el trabajo, debe ser el niño quien desarrolle las capacidades para solucionar imprevistos o resolver sucesos, si se acostumbran a que lo hagamos nosotros estaremos creando niños dependientes. Solo debemos responder cuando nos piden ayuda directamente.

Recordarles también que pueden pedir ayuda a diferentes personas, o que pueden buscar diferentes alternativas para solucionar un suceso, no solo los padres estamos ahí, hay numerosas fuentes y maneras donde pueden encontrar soluciones también válidas y es bueno que ellos mismos las busquen y encuentren.

Reforzar mucho el esfuerzo que hace y los logros que consigue, pero sobre todo el esfuerzo, aunque el niño no consiga el resultado esperado se debe valorar muy positivamente el hecho de que se haya esforzado para conseguirlo.

 ¿Cómo crear hábitos para fomentar la autonomía?

Primer paso: preparar el escenario

¿Qué es lo que le vamos a decidir que haga de forma autónoma?

¿Lo que hemos elegido que haga es razonable para su edad?

¿Es algo que puede hacer cada día para convertirlo en hábito?

 Segundo paso: instrucciones de lo que debe hacer y cómo hacerlo

Explicarle con palabras comprensivas qué es lo que esperamos que haga a partir de ese momento, alguna cosa de la cual él se haga responsable, por ejemplo, a partir de ahora tú serás el responsable de poner la mesa al medio día.

Debemos ser conscientes de solicitar cosas que por su edad sean posibles y que él pueda hacer, podemos servir como modelos para que lo aprenda.

Asegurarnos de que ha comprendido las instrucciones de lo que debe hacer haciendo que nos las repita: soy el responsable de poner la mesa al medio día

Tercer paso: practicar

Recordar al niño los pasos a seguir y practicarlo en diferentes ocasiones hasta que lo pueda hacer de forma autónoma.

Reforzarle y valorarle por el esfuerzo.

Hacerlo sin prisas y no exigir un resultado perfecto a la primera.

Si la actividad no ha quedado del todo bien hecha debemos decirle cómo se puede mejorar, enseñarle a hacerlo, elogiando por otra parte todo lo que sí está hecho de forma satisfactoria.

¿Qué pasa cuando tu hijo no quiere colaborar?

¿Las expectativas son demasiado altas?

Ver si es posible que lo que estamos solicitando no encaja con su edad o no se puede desarrollar por alguna razón y modificarlo a fin de que se pueda llevar a cabo.

¿Hemos impuesto la responsabilidad de forma demasiado autoritaria, sin negociar y simplemente exigiendo?

Si al niño se le imponen las cosas obligándole a hacerlas sin explicaciones ni consenso, él puede sentirlo como una presión impuesta y no como una responsabilidad decidida por sí mismo, por lo que quizás dificulte la realización de la tarea. Lo mejor es pactar anteriormente con él las tareas a realizar de forma consensuada, preguntándole si le parece bien ser el responsable de poner la mesa o si prefiere responsabilizarse de alguna otra tarea, esto hace que el niño se sienta integrado en las normas del hogar y las desee llevar a cabo.

¿No le apetece hacer la tarea por comodidad?

Si este es el caso, debemos comentarle que ya tiene la edad para hacerlo y no dejarnos llevar, debemos explicarle que todos tenemos nuestras responsabilidades en la familia y que él también debe responsabilizarse de algo, si no le gusta la responsabilidad que hemos pactado para él preguntarle qué tipo de responsabilidad le gustaría tener, a veces los niños cuando se les imponen las normas no están de acuerdo, pero cuando le das la elección y poder de decisión se responsabilizan de sus actos.

Podrías decirle que escoja de las siguientes tareas (preparas una lista de tareas) de cual se quiere responsabilizar. Cuando elija una, habrá usado la autonomía con su poder de decisión y luego no se negará a llevarla a cabo porque será una elección propia.

Si aun así se niega a responsabilizarse de algo y se pone en posición desafiante la otra opción es dejar que las consecuencias naturales actúen.

¿No te quieres vestir? Pues ves al colegio en pijama.

Muchos niños astutos saben que van a poder persuadir a los padres para que hagan las tareas por ellos, porque entienden que por la presión social y las normas impuestas los padres van a acabar por hacerles sus cosas. Pero cuando el niño observa que eso no es así y que él es el único responsable de su tarea, cuando ven que los padres le dejan total libertad para escoger si la hace o no, comprenden que “hacerlo mal” será una responsabilidad solo de ellos mismos y por ese motivo deciden hacer las cosas bien, porque en ese momento se trata de ellos, si no lo hacen y se equivocan, se equivocan ellos mismos y son muy conscientes de ello.

El 90% de los niños acabaran vistiéndose solos, el otro 10% se irá al colegio en pijama, pero lo hará una sola vez y nunca más al ver las consecuencias naturales de ello.

No hagas nada por tu hijo que pueda hacer él mismo, porque no le estas ayudando a crecer.

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La autoestima en niños de alta demanda

Escrito por Anna Company

¿Qué percepción tiene tu hijo de sí mismo?

La autoestima en los niños depende de la percepción que ellos tienen de sí mismos, de si se ven competentes, de si tienen o no creencias limitantes. Depende de su autoimagen, ellos  desarrollaran una autoestima alta o baja.
Si los niños de alta demanda tienen la sensación de que sus competencias y habilidades son negativas irá creando en su mente ideas negativas de sí mismo que a medio plazo bajarán su autoestima.
Es muy importante que el niño tenga creencias positivas sobre su autoeficacia que es la percepción de creer en sus habilidades y competencias, para sentirse seguro y desarrollar una buena autonomía.

¿Por qué nuestro comportamiento como padres es tan importante?

Fomentar la autoestima de nuestros hijos es básico para su buen desarrollo emocional ya que no podemos acompañarles a todas horas en todos los lugares como para protegerles de situaciones negativas, deben hacerlo ellos mismos, de ahí que sea tan importante trabajar en la infancia su autonomía y seguridad en sí mismo.
La autonomía y autosuficiencia se consigue a través de la autoestima, enseñando a los hijos a creer en sí mismos y en sus capacidades para la toma de decisiones diarias.
Si no enseñamos buenos hábitos a nuestros hijos o nuestro vínculo con ellos es desorganizado o no funciona es muy posible que nuestros hijos vean dañada su autoestima, debemos criarlos para que consoliden sentimientos positivos y buena percepción sobre sí mismo.

¿Cómo crear buena autopercepción en nuestros hijos?

Los límites y las normas no solo sirven para que el niño se desarrolle coherentemente en la sociedad, sino que contribuyen construir los valores de conducta y de vida, nuestros hijos AD aprenderán de nosotros, ya que somos el modelo a seguir, técnicas que potenciaran las creencias positivas sobre sí mismos.

Durante la crianza de nuestros hijos y para mejorar estas creencias, como padres debemos recordar que cuando el niño comenta un error no debemos censurarle a él, sino al error en sí, para que el niño no se sienta culpable excesivamente y lo asocie negativamente a su persona, recordemos que los niños AD son susceptibles a las críticas por su hipersensibilidad. Debemos decirle las cosas que no están bien hechas, pero sin emitir juicios hacia él. Por ejemplo, no debemos decirle que “no sirve para nada” o que “lo que ha dicho es una tontería”.

Valorar el esfuerzo del niño

Por otra parte, es muy importante que reforcemos y valoremos el esfuerzo que hace el niño en sus actitudes, alabando el recorrido que ha hecho para conseguir un objetivo no solo valorando el resultado final, ese hecho debemos tratarlo y valorarlo, aunque nuestro hijo no haya podido alcanzar el objetivo ya que, como hemos dicho, estamos valorando su esfuerzo no su resultado, le valoramos positivamente a él como persona.

Cuando observemos que nuestro hijo tiene creencias limitantes que le bloquean o le perjudican debemos corregirlas para que no se le grabe en su pensamiento y esto le disminuya la autoestima con el tiempo. A veces pueden tener pensamientos negativos sobre circunstancias que van creciendo en su interior y van formando creencias limitantes que le hacen valorarse negativamente. Es importante observarle y destruir este tipo de creencias a tiempo.

Amor hacia el niño de forma incondicional

Como padres debemos demostrar amor hacia el niño de forma incondicional, o sea, que el amor no tenga que ver con las actitudes que el niño haga, sino que el amor esté siempre presente, aunque el niño comenta errores, o tenga una actitud negativa. El amor hacia él es independiente de todo esto y nuestro hijo debe ser consciente de ello. Debe saber que le amamos y que nuestro amor es incondicional a su comportamiento. Las consecuencias de su comportamiento no tienen que ver con nuestro amor. Es decir nosotros le amamos aunque cometa errores o se equivoque y esto debe quedarle claro.

También debemos dejar que se equivoque si es lo necesario. Se trata de que potenciemos su autonomía dejando que tomen decisiones y hagan las cosas por sí mismos, aunque puedan equivocarse, es la forma que ellos probaran sus habilidades y las desarrollaran. Y buscarán soluciones ante ellas.

Tampoco se trata de estar todo el día valorando positivamente al niño, las valoraciones positivas deben ser realistas para que la autoestima tome una base firme. Si nos pasamos el día alabando a nuestro hijo para que su autoestima mejore, conseguiremos una autoestima basada en la aprobación de los demás, no de sí mismo. Se trata de que ellos mismos sean capaces de desarrollar habilidades para reconducir sus propios errores y corregirlos y buscar soluciones válidas, y también, en el caso de que no encuentren soluciones, de que sean capaces de pedir ayuda si la necesitan y en este caso, sí debemos ayudarlos y estar a su lado y servirles de guía y de apoyo para mostrarles el camino.

Tiempo a nuestro hijo

Debemos pasar tiempo con nuestro hijo, pero tiempo de calidad, en el que estemos presentes al 100%, para que él comprenda que para nosotros es importante lo que hace, lo que decide, lo que piensa.

Se trata de dejar por unos instantes nuestra vida al margen y centrarnos en nuestro hijo y ponernos a su nivel, entrar en su mundo y vivir su vida, empatizar, escucharle, comunicarnos con él de forma asertiva, no como adulto, ni como padre ni madre, sino como igual, como el niño que llevamos dentro. Comprendiéndole, mirándole a los ojos, visualizando sus gestos y su expresión, viviendo sus emociones junto a él.

Escucha empática

Recordando de tener escucha activa con nuestro hijo, escucha real y empática y una buena comunicación. Si quieres saber más sobre escucha activa y empática y comunicación asertiva entra en este enlace.

Es muy importante fomentar la autopercepción de nuestros hijos para alcanzar una buena autoestima en su desarrollo.

Si necesitas saber más sobre el tema puedes apuntarte a los grupos de apoyo de padres y madres de alta demanda que hacemos los viernes cada 15 días donde tratamos este tema y otros de crianza de alta demanda. Son de libre acceso (gratis) tienes mas información en este enlace

**INFORMACION IMPORTANTE**

Recuerda que este próximo sábado día 15 de mayo hacemos una conferencia sobre comportamiento de niños de alta demanda de la especialista Naomi Despaigne Puedes ver más información en este enlace

Por otra parte recuarta que también tienes disponible el grupo de Telegram con mas de 100 participantes, entre ellos psicólogas, pediatras, asesoras de sueño y lactancia y fisioterapeutas de edad temprana.. Puedes unirte en este enlace

Y por último nuestro grupo de Facebook en el que ya somos mas de 2000 personas únete para enterarte de las últimas iniciativas que vamos haciendo. Bebes, niños y niñas de alta demanda 

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Emociones y rasgos positivos en los niños de alta demanda

Escrito por Anna Company

Amor, amistad y apoyo en niños de alta demanda

Los niños de alta demanda al tener tanta intensidad emocional sienten las cosas de forma apasionada, por ello tienen muchas muestras de afecto y cariño hacia sus cuidadores y personas por las que sienten una estima, son niños muy amorosos que lo demuestran continuamente con expresiones y demandas de contacto.

Comportamiento de los niños de alta demanda

A demás el hecho de ser tan empáticos y reconocer en los demás las emociones más escondidas, hace que puedan dar apoyo y cuidado a los que consideran más débiles, por este motivo si tu hijo se siente susceptible hacia otro niño al verlo “llorar” es normal que se preocupe por él y demuestre un comportamiento compasivo hacia el niño. Su gran empatía estará haciendo que tu hijo sienta muchas emociones que parecen “contagiadas” del otro niño, por ello le acompañará en su proceso.

A parte de esto, los niños con hipersensibilidad que tienen más sintonía con las sutilezas del entorno, muestran una gran creatividad, son capaces de combinar ideas y sentimientos para encontrar respuestas y soluciones a las preocupaciones de las personas que interactúan con ellos.

Para ellos es difícil alejarse de una persona que está pasando por un mal momento porque empáticamente se sienten como ellos y se solidarizan intentando solucionar el suceso que le ha causado dolor.

El hecho de ser tan intensos y profundos hace que sean niños apasionados que vivan de una forma magnificada sus emociones tanto positivas como negativas. Son niños muy perseverantes que cuando tienen un objetivo lo viven al 100% y se entregan del todo para conseguirlo.

Tienen unas creencias y valores fuertes que le hacen vivir en armonía consigo mismos y esto les da un sentido de justicia elevado, por lo que saben diferenciar muy bien lo que está bien de lo que está mal.

A demás, no solo conectan con las personas sino también con los animales, es como si, con tan solo mirar al animal, pudieran prever lo que siente, lo que necesita, como si se pudieran comunicar con él a través de los ojos, son muy conscientes de las cosas que le rodean.

Alegría y pasión en niños de alta demanda

Los niños de alta demanda son alegres, viven en un mundo feliz, quizás idealizado y por ello muchas veces se frustran, pero generalmente derrochan alegría y felicidad, sus pasiones y energía hacen que vivan en un estado de optimismo y efervescencia singular.

Ellos pueden enfadarse y ponerse tristes algunas veces, pero normalmente estos estados desaparecen en seguida porque tienen una necesidad de vivir de forma apasionada, de disfrutar cada minuto, de sentir cada emoción como si la vida les fuese en ello, por este motivo hablamos muchas veces de “niños intensos” porque la intensidad con la que viven está fuera de lo común.

Por otra parte, esta misma pasión por las cosas y esta necesidad continua de estímulos hace que cuando no reciben la “distracción mental” que reclaman, cambien de actividad en búsqueda de nuevas sensaciones. Ellos suelen aburrirse de las actividades cuando ya no les producen este estado de “entusiasmo” y esto hace que se cansen de las cosas que están haciendo en cuanto se convierten en cosas monótonas. Cuando no reciben los estímulos que esperan es cuando suelen tener comportamientos irritables, inquietos o mas negativos. Eso significa que están aburridos, tienen tanta energía mental y física por descargar que se angustian cuando tienen tiempo muerto y parece que se desesperen.

Ilusión en niños de alta demanda

 Son niños que viven con una especie de ilusión hacia todo.

Las sorpresas y lo nuevo les emociona de forma suprema y les crea una especie de euforia emocional que viven de forma muy intensa y profunda. Cualquier detalle positivo es para ellos una fuente de gozo, por lo que, aunque sean niños que siempre buscan más y que en general nunca tienen suficiente, disfrutan enormemente cada detalle y se entregan a él con mucha fuerza, dando importancia a esas pequeñas cosas que quizás para otros niños pasan inadvertidas.

Son niños que tienen muchas ideas y una gran capacidad de procesar el pensamiento rápido que conjuntamente con su gran fantasía hace que vivan en una especie de mundo lleno de optimismo y motivación. Tienen como una fuerza suprema hacia sus retos y para ellos no hay límite, creen que todo lo que les pasa por la cabeza es posible y si encuentran algún obstáculo para conseguir su objetivo buscan las alternativas para saltarlo o cambiarlo, esto hace que continuamente estén esforzándose por mejorar su entorno.

Ellos disfrutan la vida, son niños felices…

**Información Importante**

 COMUNIDAD SOLIDARIA  AD, NAS, AACC

Accede al Comunidad solidaria de padres y madres de alta demanda, alta sensibilidad y altas capacidades de www.altademanda.es gratis, para más información en este enlace.

Grupo de Telegram

En febrero de 2020 creamos un Grupo de Telegram de familiares de niños/as de alta demanda, alta sensibilidad y altas capacidades donde tenemos nuestro equipo de colaboradoras especialistas en crianza respetuosa (pediatras, psicólogas, asesoras de sueño, asesoras de lactancia, fisioterapeutas, etc.) ellas nos apoyan y nos dan respuesta a nuestras inquietudes en el grupo de forma solidaria.

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Libro sobre alta demanda

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¿Cómo son los niños de alta demanda?

Escrito por Anna Company

¿Como son los niños de alta demanda?

Inquietos mental y físicamente, aunque puedan presentar una apariencia tranquila por dentro tienen un motor incesante de inquietud, su cabeza no para nunca de pensar y de buscar estímulos continuos.

Se pasan el día buscando satisfacer su interior con estímulos constantes por eso suelen frustrarse tanto cuando no reciben los estímulos que necesitan del otro.

A demás son personas muy sensibles, muy susceptibles y perciben mucho más que el resto de las personas, esto genera que cualquier emoción la vivan de forma exagerada, aumentada.

¿Qué necesitan los niños de alta demanda?

Necesitan una continua aprobación del otro y ser su centro de atención y cuando no lo consiguen entran en rabieta o ira, esto vuelve a generarles frustración, irritabilidad y puede desembocar en baja autoestima por creer (de forma errónea) que no son suficientes por no tener la capacidad de ser lo suficientemente importantes para que el otro les presente la atención que ellos necesitan.

Son niños intensos, apasionados y entusiastas en todo lo que hacen si les gusta, mientras no se aburran, aunque al mismo tiempo suelen aburrirse con mucha facilidad cuando el estímulo no es el correcto y entonces pierden el contacto con la realidad y se dispersan en su fantasía.

Son absorbentes con los demás, sobre todo con las personas más próximas, las de más confianza a quienes les exigen mucho y les demandan mucho afecto y contacto continuado.

Son personas a las que les cuesta tener un autocontrol y autorregulación emocional, por eso son totalmente impredecibles, cambiantes y contradictorias. A demás se sobre estimulan y sobreexcitan y luego les cuesta “bajar” calmarse por sí mismas, por lo que a veces, pueden estar sobreexcitadas durante largos periodos de tiempo. Sueles ser muy enérgicos y con un tono de voz alto.

Parecen insatisfechos, como si nunca estuvieran del todo contentos con lo que hacen o tienen y siempre quisieran más y más, no tienen un punto medio o un equilibrio. Ellos no pueden tener “un poco” de esto… ellos lo quieren TODO lo viven todo de forma absorbente, demandante, insistente.

Son así con ellos mismos y con los demás.

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¿Niños con fuerte temperamento?

Escrito por Anna Company

Mi hijo tiene fuerte temperamento

La crianza de los niños de alta demanda agota las energías de cualquier padre y madre y tenemos que poner mucho esmero y creatividad en la educación que empleamos cada día.
Cuanto más astutos son nuestros hijos, más complicada nos parece esta crianza.
A veces nuestros hijos desarrollan actitudes desafiantes y negativas hacia nosotros, rebelándose con un comportamiento malhumorado u obstinado y enfrentándose a nosotros demostrando su fuerte temperamento.

Esto es debido a la etapa de madurez en la que se encuentran (de 0 a 6 años) donde están desarrollando su personalidad y cerebro y adquiriendo su yo interno, así que son actitudes normales en los niños. Pero sabemos lo difícil que es sobrellevarlas con nuestros hijos AD por su gran intensidad, la exageración de su fuerte carácter, la testarudez, la impulsividad, y las demás características que los hace destacar.

Estas conductas a veces pueden preocupar a los familiares cuando se convierten en conductas más agresivas y el niño entra en ataques de ira gritando, tirando cosas, pegando o mordiendo….

Dicen que, “si educas a un niño testarudo a hacer lo correcto, hará lo correcto con toda la determinación de la que es capaz. Siempre y cuando no quiebres su voluntad”

Consejos para el fuerte temperamento de tus hijos

1. No a las luchas de poder.

Para educar con amor a un niño temperamental lo mejor es no entrar en una batalla de voluntades ya que acabarás agotado/a. Si ganas, habrás quebrado la voluntad de tu hijo. Con la consecuencia de que quebrantaras su autoestima a medio/largo plazo. Si pierdes, será él o ella quien habrá pasado por encima de ti.
No se trata de demostrar poder ante tu hijo, tu objetivo debe ser que tu hijo reconduzca su temperamento a forma positiva.

3. No a los castigos

Mejor acogerse a las consecuencias naturales y reflexión personal: Con un hijo temperamental, siempre existe la tentación de imponer la autoridad, parece lo más rápido y fácil a corto plazo, pero no surge efecto en este tipo de niños, se rebelan más.

Muchos padres recurren a los gritos por impulso, pero como adulto tenemos que demostrar un autocontrol y gestionar nuestras emociones recordando que somos el ejemplo que al final nuestro hijo va a imitar siempre. Los gritos quizás den resultado en el momento en sí, pero a la larga dejan de surgir efecto porque el niño se acostumbra a ellos igual que el castigo.

Tanto los gritos como los castigos merman la autoestima y autonomía del niño a medio/largo plazo.
Por lo que lo más útil sería una educación armonizada, positiva para un desarrollo cerebral sano. Es entonces cuando tienes que ser un educador creativo, optando por medidas que requieran reflexión a tu hijo/a. Primero empatizando con él y conectando y luego redirigiendo la emoción hacia algo positivo, dejando que sea tu propio hijo quien aporte la solución al problema (si tiene la edad de hacerlo) en caso de ser un bebe, la simple consecuencia natural del acto producido ya le servirá de aprendizaje.
Por ejemplo: si le dices al bebe no empujes el vaso que se va a caer, y el bebe lo empuja y el vaso se cae y se rompe.

El bebe verá cual es la consecuencia natural de su acto y aprenderá de ello, no hace falta castigarle, gritarle o regañarle simplemente hace falta explicárselo de forma positiva.

4. Reconducir los deseos caprichosos.

Los niños testarudos suelen ser niños caprichosos y un pelín egoístas, nuestra labor es redirigir esos deseos hacia algo positivo y enseñarle a utilizar esas dotes para liderar su vida.
Para ello debemos ofrecerles oportunidades de que lideren cosas, de que tomen decisiones, de que se sientan importantes y útiles dándoles tareas y ofreciéndole la oportunidad de que desarrollen sus capacidades de liderazgo, por ejemplo, cuidando de su hermano pequeño durante un rato mientras se hace la cena, dando de comer al perro, siendo el responsable de poner la mesa para cenar… Tareas de responsabilidad que, por su edad, el niño pueda satisfacer.

Ofrecerle retos y responsabilidades hace que adquieran autonomía, liderazgo, independencia, alta autoestima, responsabilidad.

5. Calma el carácter fuerte de tu hijo a través de la ternura y el amor.

Con un hijo o una hija de carácter fuerte, es común que el cansancio y la frustración nos hagan olvidarnos de la ternura, la dulzura y el cariño. Y es que, sin nuestro ejemplo, nuestros hijos no pueden aprender a ser amables y cariñosos por sí mismos. Dedica siempre alguna actividad o momento del día para el contacto físico, para un abrazo, para una conversación amable y cariñosa con tus hijos.

Unos buenos momentos para ello pueden ser las primeras horas de la mañana, a la vuelta del colegio y a la hora de ir a dormir.

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¿Cuál es tu perspectiva sobre la alta demanda?

 

Como padres de niños de alta demanda podemos aceptar la situación y ver la parte positiva de tener un hijo de alta demanda o bien podemos anclarnos en la parte negativa.

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¿Agotada o enamorada?

Escrito por Anna Company

¡Sí! estoy agotada y a veces siento que no tengo suficiente energía,
Pero…Me compensa.
Me compensa porque por la mañana cuando me despierto junto a él, todavía, después de casi 5 años, me abraza con cariño y amor, me sonríe y me dice que me ama.
Él ya duerme solo, pero a las 5 y 30 de la mañana todavía me reclama para que vaya a acurrucarle y me tumbe a su lado, me dice “mama apriétame, abrázame, dice: estoy mimoso” Y yo, le siento… Le siento respirar tranquilo, le observo dormir en paz, seguro, satisfecho.

En un rato, nos despertamos y es imposible que no me contagie su alegría, entusiasmo y motivación por vivir, porque él vive con pasión, con fuego, vive cada minuto del día como si fuese único, exprimiéndolo como un limón. Su felicidad se desparrama por todos sus rincones y aunque a veces tenga muestras de testarudez y desafío en su carácter rebelde, siempre, siempre está por encima su gran necesidad de ser feliz, de vivir con satisfacción, su optimismo, su curiosidad, absorbiendo cada instante.

Me sorprende también su forma de razonar las cosas, su astucia, su capacidad de analizarlo todo y comprender todas aquellas cosas que parecen insignificantes y es que es curioso, es inteligente y sobre todo y por encima de todo tiene una sensibilidad muy especial.
Algo fuera de lo normal, como un sexto sentido que le da la capacidad de percibir y sentir cosas que pasan desapercibidas para los demás, es como si pudiera “ver” a través de los ojos del resto de la gente, tiene una capacidad empática mágica, a veces me pregunto cómo es posible que con 5 años pueda ponerse en mi lugar y saber, por ejemplo, cuando estoy preocupada, es como si intuyera lo que siento, como si me comprendiera, como si me leyera el pensamiento.

Es capaz de cuidar a las personas, de dar afecto, de diferenciar cuando las cosas están bien o están mal. Y actuar ante ellas.
Estas fortalezas y debilidades, que me enamoran, que me hacen sentir orgullosa de tener un hijo AD, sensible, intenso, enérgico, capaz, etc.
Y es que, me doy cuenta que ellos son un conjunto de características, un conjunto de rasgos que van englobados y que se compensan, que sin sus debilidades quizás no tendríamos sus fortalezas, y al revés.

¿Qué si estoy agotada? Sí, estoy agotada.
Pero estoy más enamorada que agotada.

Y tú… ¿Cómo estas?

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Rincón de la calma

Escrito por Anna Company

Qué es?

Es un espacio seguro donde el niño se siente bien y en confianza para poder ir cuando le apetece relajarse.  Cabe recordar que no es un sitio de castigo.

El rincón de la calma, es un espacio físico adecuado para promover un estado de paz y serenidad. Lo puede usar la unidad familiar en conjunto o por separado.

Es un espacio donde no se juzga ni se etiqueta al niño, donde existe la libertad y la comprensión, donde se permite “ser y estar” cómodamente sin prejuicios.

Es un lugar donde se permite al niño transformar sus emociones negativas en algo positivo, desahogar sus frustraciones o ansiedades y distraerse en paz y consigo mismo, conectar con su yo interno, y evolucionar sus sentidos, de algún modo “crecer”.

Elementos que debe tener el rincón de la calma:

Es aconsejable que tenga cojines, una alfombra o manta, accesorios que lleven al niño a relajarse, quizás alguna lámpara o luz tenue que él mismo pueda apagar y encender. Un lugar cómodo que el niño relacione con tranquilidad y relax. Done el niño respire hondo y profundo y se predisponga a relajarse.

Se puede incluir música relajante o sonidos que relajen, como cuencos tibetanos o palos de agua.

También se puede añadir un frasco de la calma que es una botella que contiene glicerina, agua, aceite y distintas purpurinas, la idea es explicarles que mientras se mueva la botella adentro todo se agita, luego las purpurinas se empiezan a parar es lo mismo que ocurre con las emociones, se siente de forma intensa pero luego comienzan a desvanecerse.  Esta botella se puede construir en casa.

Otros materiales que se pueden incluir serían cosas texturizadas para que el niño las toque y se relaje, va muy bien que el niño juegue con arena, semillas, telas, agua…

Los cuentos, si le gustan, sobre todo los relacionados con las emociones como “el monstruo de colores” que es un cuento que ayuda a reconocer los estados emocionales es muy útil en estas ocasiones.

Para quien?

Este lugar está indicado para el niño, pero puede ser perfectamente un lugar para compartir junto con el adulto, sobre todo al principio, hasta que el niño coja el hábito de estar en él. De esta forma los padres podemos guiar al niño a utilizar los materiales que hemos introducido animándolo para calmarse y ayudándole a hacer las respiraciones adecuadas, la idea es que el adulto pueda servir como facilitador emocional y para ello debemos estar en un estado de tranquilidad y calma.

Refuerzo

Como finalización de la actividad, cuando el niño este tranquilo debemos reforzar su esfuerzo, de este modo el niño se siente acompañado dentro de su proceso, seguro y confiado.

 

Mi hijo no me explica lo que le pasa

Escrito por Anna Company

Comunicación efectiva con niños de alta demanda

Existen dos hábitos que entorpecen la comunicación padres-hijo y que solemos hacer con frecuencia:

1. Negar los sentimientos de nuestros hijos
2. Confundir la simpatía con la empatía.

Estas son las frases que los padres debemos evitar delante de un suceso cuando nos comuniquemos con nuestro hijo:
• No te sientas así.
• No debes estar decepcionado.
• No te enfades.
• No te preocupes.
• Eres demasiado sensible.

En vez de esto, como padres debemos mostrar empatía y comprensión por sus sentimientos poniéndonos en el lugar de nuestro hijo, diciendo algo así:

• Entiendo que eso te preocupe.
• Yo también estaría preocupado.
• Tienes derecho a sentir decepción. Yo también me sentía así cuando tenía tu edad.
• Estás enfadado. Lo entiendo, y tienes derecho a estarlo.
• Estás enfadado, estoy seguro de que es por un buen motivo. Me gustaría que me lo contaras.

Una vez has empatizado con tu hijo y has logrado CONECTAR con él, cuando realmente el niño se siente comprendido, es entonces cuando va a aceptar la ayuda del padre y va a acceder a comunicarse, muchas veces el simple hecho de empatizar y sentirse comprendido les crea seguridad y ganas de seguir intentándolo por lo que estará más abierto y el vínculo con los padres aumentará.
Todo esto ayuda al niño a desarrollar residencia y un hábito de trabajo sólido, el niño se crecerá frente a la adversidad de sus dificultades en lugar hundirse cada vez que suceda algo malo.

Es importante recordar que padres e hijos somos un mismo equipo y que para romper ese silencio y aprender a comunicarse de forma empática hace falta paciencia y comprensión.

Algunos trucos para ellos son los siguientes:

1. Empezar pronto:

Establecer el hábito familiar de hablar cada uno de su día, tanto de hijo a padres como de padres a hijos, cuando el hijo no quiera hablar es porque hay algo de lo que tiene miedo o de lo que se avergüenza, por lo que, debemos ser muy comprensivos y pacientes y empatizar con él.

2. Sentido del humor:

Empezar con conversaciones positivas y tranquilas para entrar en conversaciones más emocionales ya que hay niños que son reacios a hablar de sus emociones o sentimientos y a veces con un poco de humor se puede abrir mejor el camino hacia ello.

3. Ser paciente:

Un niño puede resistirse a responder preguntas por lo que la mejor idea es respetar su espacio y pasar más tiempo con él haciendo otras actividades que creen vínculo y unión, dejarle espacio y tiempo para que mentalmente se prepare para abrirse a nosotros más lentamente.

4. Pedirle consejo:

Pedirle consejo para una situación parecida a la que tu intuyes que le ha pasado puede hacer que se abra a explicarte el problema, puedes preguntarle como pidiendo un consejo y poco a poco ir averiguando el conflicto interno de tu hijo.

5. Escucha activa:

Debemos mostrar como padres escucha activa a nuestros hijos, generando confianza y vínculo. Sin distracciones por medio.

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Hoy no tengo ganas de jugar

A veces, como madres o padres nos encontramos en la situación de que nuestro hijo nos demanda la atención para jugar y no podemos dársela.
Simplemente no tenemos ganas de jugar, simplemente ese día estamos desanimados o demasiado cansados y no podemos cumplir las exigencias de nuestro hijo.

¿Qué pasa cuando tu hijo continuamente te demanda para su juego y tú te sientes extasiado, cuando estas agotado?

No pasa nada, lo único que pasa es que no eres Superwoman ni Superman y aunque tú seas el juguete preferido de tu hijo, a veces puedes no estar disponible para jugar, se trata de buscar alternativas, actividades que os respeten a los dos.
Lo que está claro es que no por el hecho de sentir que no siempre podemos estar “disponibles” debemos sentirnos culpables, frustradas u ofuscadas, somos personas no robots, a veces querer e intentar abarcar con todo puede suponer una sobrecarga emocional y una tensión que al final acaba explotando de cualquier manera.

Cómo razonar con tu hijo

1- No engañar

Decirle al niño la verdad, que no te apetece o que no puedes, pero no decirle que jugaras con él más tarde cuando no es verdad.

2- No gritar

Los niños demandan continuamente la atención de su madre porque la necesitan. Por eso no hay que gritarles ni enfadarse cuando se ponen pesados, porque sería como regañarles porque tienen hambre o sueño.

3- No ignorarle

Aunque no puedas atenderle, hazle saber que te has enterado de lo que te pide, para que se sienta escuchado y atendido.

4- El niño dirige

Los padres tienden a dirigir demasiado el juego de sus hijos, y también a planificarlo y organizarlo en exceso, algo que hay que evitar: él es el protagonista y el director de la actividad.

¿Qué haces tú cuando no te apetece jugar?

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