Desafios y luchas de poder en niños de alta demanda alta sensibilidad y altas capacidades
¿Por qué los niños de alta demanda, alta sensibilidad y altas capacidades son desafiantes y reaccionan con intensidad a los límites y normas autoritarias?
Criar a un niño de alta demanda, alta sensibilidad o altas capacidades puede ser un desafío agotador. Estos niños, aunque únicos y llenos de potencial, suelen rebelarse contra los límites impuestos de manera autoritaria, tienen arrebatos emocionales intensos y presentan un comportamiento desafiante que a menudo desconcierta a los padres.
Entender las razones detrás de estas actitudes puede ser un primer paso esencial para construir una relación más equilibrada, respetuosa y empática con ellos.
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Sensibilidad al entorno: un sistema nervioso amplificado
Los niños de alta sensibilidad tienen un sistema nervioso altamente receptivo, lo que significa que perciben estímulos (ruidos, luces, olores, emociones de otros) con mayor intensidad que sus pares.
Esta sobreestimulación constante puede provocarles estrés y saturación emocional. Si un límite o norma se impone de forma autoritaria, sienten que su autonomía y su necesidad de seguridad interna se ven amenazadas, lo que desencadena reacciones intensas.
Ejemplo: Un “no porque lo digo yo” puede parecer una injusticia abrumadora para un niño que necesita comprender el porqué detrás de las reglas.
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Búsqueda de conexión y comprensión
Estos niños valoran profundamente la conexión emocional con sus cuidadores. Si perciben que no son comprendidos o que sus emociones son invalidadas, su reacción puede ser desafiante. Para ellos, la obediencia ciega no tiene sentido; necesitan un entorno donde sus emociones y perspectivas sean reconocidas.
Ejemplo: Un niño puede tener una rabieta porque siente que se le ignora o no se respetan sus necesidades, más allá del límite que se intenta imponer.
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Intensidad emocional amplificada
La intensidad emocional es una característica central en estos niños. Experimentan sus emociones de manera más profunda y prolongada que otros. Esto significa que una frustración o desacuerdo que otro niño podría gestionar rápidamente, ellos lo viven como una experiencia arrolladora. Sus arrebatos no son simplemente “caprichos”; son la expresión de un sistema emocional que lucha por regularse.
Ejemplo: Una rabieta puede durar más tiempo porque necesitan procesar no solo la frustración inicial, sino también las emociones secundarias (injusticia, incomprensión, tristeza).
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Rebeldía ante normas autoritarias: una necesidad de autonomía
Estos niños tienen un sentido innato de la justicia y la necesidad de comprender el mundo. Las normas impuestas de forma rígida o sin explicación les parecen arbitrarias y, por tanto, difíciles de aceptar. Su resistencia no es una simple falta de respeto, sino una manifestación de su deseo de ser tratados con dignidad y como individuos con voz.
Ejemplo: Si se les prohíbe algo sin explicar el motivo, pueden percibirlo como una falta de respeto hacia su inteligencia y autonomía.
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El perfeccionismo y el miedo al error
Muchos niños con altas capacidades y alta demanda tienden a ser perfeccionistas. Este rasgo puede aumentar su sensibilidad hacia los límites, especialmente si estos los enfrentan a errores o fracasos. Su miedo al error amplifica su frustración y puede hacer que reaccionen de forma desproporcionada.
Ejemplo: Una corrección brusca durante una actividad puede provocar una reacción intensa porque sienten que no están cumpliendo con sus propias expectativas.
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Falta de recursos para gestionar su intensidad.
Aunque estos niños son emocionalmente intensos, no siempre tienen las herramientas necesarias para manejar sus emociones. Esto, combinado con un entorno que no siempre comprende su sensibilidad, puede llevar a explosiones emocionales recurrentes.
Ejemplo: Una jornada agotadora en la escuela puede hacer que una pequeña negativa en casa se convierta en el detonante de una gran rabieta.
¿Cómo abordar estas situaciones como madres y padres?
1. Fomentar la conexión antes que la corrección:
En lugar de imponer límites de forma autoritaria, prioriza la conexión emocional. Escucha a tu hijo, valida sus emociones y explica las razones detrás de cada norma.
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Usar límites firmes pero respetuosos:
Los niños necesitan límites claros, pero estos deben presentarse de forma respetuosa y empática. Cambia el “Porque lo digo yo” por “Te entiendo, pero este límite es importante porque…”.
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Ayudarles a desarrollar habilidades emocionales:
Enséñales a identificar y gestionar sus emociones. Las herramientas como la respiración profunda, los juegos de rol o los libros sobre emociones pueden ser útiles.
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Darles autonomía dentro de los límites:
Permíteles tomar decisiones dentro de un marco seguro. Esto les hará sentir que su voz importa y que tienen cierto control sobre su vida.
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Ser un modelo de autorregulación:
Tus hijos observan cómo manejas tus propias emociones. Si reaccionas con calma y respeto ante sus explosiones, les enseñarás cómo hacerlo.
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Buscar apoyo si es necesario:
Si sientes que las situaciones se te escapan de las manos, no dudes en buscar orientación , puedes contactar conmigo por correo a anna@altademanda.es o bien rellenar este formulario para agendar una sesión.
Una perspectiva positiva: el potencial detrás del desafío.
Los niños de alta demanda, alta sensibilidad y altas capacidades son profundamente emocionales, intensos y, a menudo, desafiantes. Aunque detrás de estas características hay un enorme potencial. Su sensibilidad los hace empáticos, su intensidad les permite perseguir sus pasiones con determinación, y su resistencia a las normas autoritarias indica una mente independiente y crítica.
Si como padres trabajamos para comprenderlos, respetar sus necesidades y guiarlos con paciencia, estamos sentando las bases para que crezcan como adultos seguros de sí mismos, resilientes y empáticos.
El camino no es fácil, pero cada desafío es una oportunidad para aprender juntos.
Si necesitas apoyo o asesoramiento, puedes contactarnos a orientacion@altademanda.es
- Escrito por Anna Company
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